El estilo nórdico no pasa de moda, a pesar de que haya quien pueda pensar que lleva muchos años liderando el mercado. Se trata de una forma de decoración que mezcla de manera magistral la utilidad práctica con el confort y que proporciona al hábitat en que se encuentra un ambiente cómodo y acogedor. Destacan en este sentido las alfombras nórdicas. Siempre están entre las favoritas y las más vendidas en España y en buena parte de Europa.
Las alfombras de estilo nórdico siguen liderando el mercado tanto nacional como extranjero, porque combinan como pocas la sencillez con la elegancia, el precio con la calidad de sus materiales y la creación de un ambiente acogedor con la utilidad y facilidad de uso y mantenimiento. Es prácticamente imposible que una alfombra de estilo nórdico no encaje bien en cualquier estancia. Más bien al contrario, es muy fácil combinar esta pieza con armonía respecto a su entorno de muebles y otros objetos de decoración que podemos encontrar en dicha estancia.
Las alfombras de estilo nórdico ofrecen múltiples ventajas con respecto a otras alfombras de otros estilos, sin que esto signifique que estos otros estilos no puedan ser también de las mejores calidades y vistosidad. Pero es difícil que estas otras alfombras puedan hacer compatible sus altas calidades con precios asequibles, o sus coloridos y su aspecto o dimensiones con el resto de la habitación.
Cómo son las alfombras de estilo nórdico
¿Pero cómo es una alfombra de estilo nórdico? ¿Qué es el estilo nórdico? ¿En qué consiste? La respuesta es sencilla: el estilo nórdico es una acertada combinación de la artesanía con los procesos industriales de fabricación. Algo en lo que los países del norte de Europa (Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Islandia…) son verdaderos maestros. Y esto obedece a que en estos países los inviernos escandinavos son especialmente duros y sus habitantes han de pasar mucho tiempo metidos en sus casas, debido a las bajas temperaturas y a unas condiciones climatológicas muy adversas.
Esto es algo radicalmente contrario a lo que ocurre en los países mediterráneos, cuyas poblaciones prefieren las alfombras de estilo nórdico porque ofrecen diseños en colores claros, de líneas suaves y rectas, sin complicaciones. Sencillez y elegancia a la vez.
Sencillez y confort en las alfombras nórdicas
Los principales valores del estilo escandinavo o nórdico son dicha sencillez y el confort que aportan a las casas, junto con la funcionalidad y el pragmatismo, más el fácil mantenimiento y conservación, por encima de todo.
Es decir, que, si en los países escandinavos los ciudadanos buscan confort y sencillez, en los países mediterráneos se valora más esa combinación de colores claros y suaves que aportan luz y alegría al hogar, lo que lo hace más acogedor.
El estilo nórdico en alfombras es sencillo, funcional y mayormente acogedor. Su diseño es relajado a la par que relajante, ofreciendo a su propietario la posibilidad de cambiar por completo su salón o habitación de la casa.
Geometría y motivos étnicos
En las alfombras de estilo nórdico o escandinavo el usuario puede encontrar una serie de modelos que encajan con este fantástico estilo de decoración. En este estilo de alfombras predominan los dibujos geométricos o motivos étnicos o persas. Se pueden encontrar toda una amplia gama de tonalidades, tonos desde blancos hasta negros y una amplia y variada escala de grises. Asimismo, puede encontrar alfombras cuyos diseños sean más clásicos, de colores neutros, pero con toques vintage o desgastados que las dan ese “punto de apariencia” que muchas personas añoran.
Los materiales
Las alfombras de estilo nórdico o escandinavo son cuidadosamente fabricadas con las mejores fibras naturales, como la lana (elemento favorito para muchas personas y familias); o la chenilla (se trata de un tipo de hilo de pelo cortado, que puede tejerse en punto o en telar para ofrecer una textura cardada similar al velvetón (es decir, una tela de algodón que imita al terciopelo), o el algodón.
Estas alfombras escandinavas también se pueden fabricar con fibras sintéticas, lo que aporta una mayor variedad y calidad al diseño de cada alfombra nórdica.
Todos estos diferentes componentes en la fabricación de una alfombra de estilo nórdico hacen posible que dicha alfombra ofrezca muy variados aspectos, y esto hace que el comprador siempre encuentre en ellas justamente lo que está buscando, en cuanto a su tamaño adecuado para el salón, o para el comedor, o para el dormitorio o para el recibidor de la casa.
Elegir la mejor alfombra
Insistimos en que todas las alfombras, de estilo nórdico o de otros estilos, pueden tener las mejores calidades. Pero las alfombras de estilo nórdico ofrecen al usuario una enorme cantidad de posibilidades. Lo importante es saber encajar cada alfombra escandinava o nórdica con la estancia donde se quiera instalar. Y para elegir las más adecuadas alfombras hay que tener presente algunas ideas o normas.
Por ejemplo, que la alfombra de una sensación de amplitud. Las alfombras de estilo nórdico pueden ser es las mejores aliadas para hacer que un salón o un dormitorio parezcan más grandes de lko que son, además de aportar armonía en todo el entorno. Esta sensación de amplitur y armonía la aportan los colores claros y neutros, tan típicos del estilo nórdico.
En un pasillo, la alfombra debe de ser larga y con dibujos o estampados longitudinales. Un estampado horizontal invita a pasar por el pasillo más despacio.
Calidez y relax. La alfombra nórdica es acogedora por definición, independientemente de los materiales con que haya sido fabricada. Por eso, es ideal este estilo escandinavo para las habitaciones de relajación y descanso, como lo son los dormitorios.
Naturalidad y vitalidad. La alfombra hecha con tejidos naturales aporta vitalidad a la vivienda, sobre todo si está hecha con lana o algodón, que son tan típicos de las alfombras nórdicas.
Una decoración original y distinta. Las alfombras nórdicas permiten que el propietario de su toque personal y diferente a su casa.